domingo, 3 de abril de 2011

Pulp dream

Nada.
No pasa nada.
Esperaba una conmoción, una reacción en cadena.
La verdad es que ningún día conecta con el siguiente, ninguno es causa o consecuencia.
Pero el sol es el mismo.
Y nuestra cara.
Y nuestro lastre.
Nos engaña que el mundo mute lentamente. Crea la ilusión de expectativa.
Que no existe.
El caos retardado del universo es un teatro de mentiras piadosas, un cuento para niños.
Si aceptásemos la mecánica cuántica, cambiaríamos de especie.
Si aceptásemos que el cambio siempre fue principio, no seríamos.
Si aceptásemos, no tendríamos que aceptar nada. Ya sabríamos.
Las infinitas realidades proceden de la idea de que somos uno viviendo millones de vidas paralelas.











¿Por qué sé exactamente cómo se sienten pero no puedo demostrarlo?
¿Por qué entiendo circunstancias que no puedo verbalizar?
¿Estoy en mi sitio, lo estamos todos?
Nada. Es como morirse.
Razones importantes... Suposiciones relativas.
¿Inestabilidad o un fuerte significado?
Decadencia deslumbrante.
Sarcasmo y lirismo incrustados en matrimonio.
Una prueba de lo refutable... Minerales o vacío.
Existencia implícita en el tiempo indeterminado.
Tiempo, esa cuenta en nuestra cabeza.
Obscuridad.